pequeñas almas-

- te ví, y nadie lo puede negar, con mis ojos, te vi, salir del hotel de esa tarde y entonces comprendí, llamadas a horas extrañas sin explicación, te amaba estaba tan ciega, siempre te creí. Te vi, llevarla a su casa, abrazarla, y darle mis besos. Sentí mi mundo que se derrumbaba mi orgullo, desecho y así llena de vergüenza llorando de pena por ti, la lagrima puesta dijiste “te quiero”, y entonces morir. Que ganas de escupirte la cara, que ganas de arañarte con ganas, que ganas tengo de herirte, sabias que te amaba, que ganas de escupirte la cara, es odio lo que siente mi alma, es tan amargo el veneno, me mataste por la espalda. -


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión-